El
deporte en sí es aquella actividad física
ejercida dentro de un juego o una competición de cualquier tipo, cuya práctica
está sujeta a unas normas específicas. Esta actividad física puede ser un
simple entretenimiento, una competición, un juego por placer o un ejercicio
físico y/o mental que nos sirva para estar en forma o recuperar algún estado
perdido. Como dato de interés, la práctica del deporte parece una actividad
exclusivamente humana, ya que no se registran actividades similares en otras
formas de vida animal.
El deporte es
un arma poderosa en la rehabilitación de las personas con capacidades
diferentes, no sólo para aquellos con limitaciones motrices, como los niños y
adultos con parálisis cerebral o con secuelas de lesiones medulares y óseas,
sino también para las personas con síndrome de Down u otras anomalías
cromosómicas. Basta observar el extraordinario despliegue de los Juegos
Paralímpicos o de los campeonatos de fútbol para ciegos para reconocer el papel
del deporte como herramienta de integración y de crecimiento de la personalidad
y la autoestima.
Por tanto,
nada mejor que practicar un poco de deporte. El bienestar y la salud forma
parte fundamental de ello, y muestra el equilibrio perfecto entre la parte
física y la mental. En todas las edades y condiciones de salud, siempre existe
el espacio adecuado para que el deporte se convierta en un compañero diario,
dirigido a optimizar el ritmo y la calidad de vida de las personas que
disfrutan de estas actividades en sus variadas expresiones.
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